sábado, mayo 27, 2006

La señora del anillo

Locro en lo de mis viejos, el 25. Llevo pan con chicharrón, vino patero y del otro, quesillo de cabra y dulce de cayote (previo paso por la Feria de Mataderos). En la sobremesa sobrevienen los sobresalientes relatos de mi abuela. En mi árbol genealógico predominan las ramas italianas (papá Spoturno, mamá Solari, los dos apellidos del norte de Italia), pero hay también otras españolas y alguna ramita india. Mi abuela cuenta que un español González, su bisabuelo, fue llamado “el zorro”. Este antepasado mío estaba bajo las órdenes de López Jordán cuando éste fue derrotado y tuvo que escapar a Brasil. Resulta que al hombre lo habían volteado del caballo y quedó tendido, haciéndose el muerto. Un soldado de la facción vencedora lo atravesó con una lanza para quitarle las botas. González siguió firme en su farsa. Cuando los tipos se fueron, se arrancó la lanza y se fue, siguiéndolo a López Jordán. “Por eso a mi abuelita le decían ‘la zorra’, porque era hija del ‘zorro’. Ella se enojaba mucho de chica porque no sabía por qué era que le decían así”, cuenta mi abuela, y ríe. El caudillo le regaló un anillo a González. “Es oro 22”, dice, y me lo muestra. Se trata de un anillo en forma de hoja, tan ancha que envuelve una falange del dedo. En el centro, un trocito de oro martillado semeja una flor brutal. Mi abuela dice que va a ser para uno de sus nietos. Enumera otros tesoros. Qué me importa nada. Tener una abuela de 102 años de inteligencia refulgente, memoria funésica, habilidad para el relato. Eso es lujo.

6 comentarios:

jovialiste dijo...

LLegar a 102 es todo un éxito de elegidas/os, es para muy pocas/os. Transmítile mis felicitaciones, y que le dé varios...ciento dos muchas gracias a Dios.

Vero dijo...

Bueno, gracias por tus buenos deseos. Si la ves te caés de culo, además, porque no parece para nada que tuviera ni cercanamente esa edad. En el barrio la veneran, los cumpleaños son un acontecimiento de interés público. El 15 de noviembre subí una foto de ella leyendo la Rolling Stone en casa.

Silvia Sue dijo...

¿Leyendo la Rolling..." ¿A esa edad?
Ve, pienso buscar tus archivos, que tierno debe ser.
Nada que deje va a reemplazar a esa nona, claro que no: pero si ese anillo que ella tiene termina siendo tuyo, considerate rica y no precisamente por el oro 22, sino por la historia esa que le brilla tanto.

Anónimo dijo...

che, prestá la nonna. no seas canuta. le gustará que le baile unas sevillanas?
Me explicará la Rolling Stone?

Anónimo dijo...

una abuelita de 102?! Mira, que hay que orar todas las noches pa que eso sea una condición genetica, che?!!

Vero dijo...

Silvia Sue, mi abuela lee (como la hija, como la nieta) todo papel escrito que cae en sus manos o adyacencias, siempre que el tipo sea lo suficientemente grande (no hagan chistes, ¿eh?).
Con respecto a las historias que cuenta, soy un vampiro: todo el tiempo pregunto y pregunto, a veces hasta tomé notas, es tan viejita que me desespera pensar que toda esa sabiduría puede esfumarse en cualquier momento. Si lo pensás bien, es tan egoísta lo mío, en realidad, pero a ella le da placer contar y ver con cuánta atención la escucho, así que es doble negocio.
Ayd, para los 100 de la Pancha mamá alquiló un salón enorme y mi abuela se la pasó bailando. Creo que le encantaría lo de las sevillanas.
Maray, llegar a los 102 y especialmente en ese estado, no sé, es demasiado pedir, pero guardo las esperanzas.
¡Muchas gracias a todos!