viernes, marzo 30, 2012

Crítica y poesía


Leer es un trabajo poético, un trabajo sobre y con la palabra; escribir una lectura puede llegar a ser, meramente, escribir. Por eso las “malas críticas”, los discursos anodinos y sin resplandor, equivalen a la “mala” literatura: son ofensivos; olvidan (reprimen) que también ellos están escritos. En el proceso de anulación de los géneros el momento esencial es el de la desjerarquización: ninguno por “encima” de otro: ningún imperialismo. Se trata de un campo común de conexiones mutuas; el discurso crítico no es un apéndice (una colonia), sino otro texto que se sitúa en uno de los tantos cortes intertextuales que erige la escritura: narra un drama, poetiza. Y, sobre todo, reescribe: ése es su sello; exhibe sin culpas la marca fundamental de la literatura: toda escritura, todo trabajo y proceso de escritura, es a la vez lectura y reescritura (corrección, tachadura, armado, cambio de lugar, inserción).

Josefina Ludmer, Onetti. Los procesos de construcción del relato

4 comentarios:

inx dijo...

Pero hay algo en relación a los efectos. Una cosa es el retrato del amado y otra, su radiografía. En la reescritura de la crítica, en la lectura, hay otro texto, sí, algo que falta y algo que se agrega, un vacío que acaso se repite (¿el vacío de la subjetividad?). Pienso en la posición de Calasso respecto de Literatura e Historia. Todas esas mutaciones son posibles en la construcción del relato, (no sé por qué, esta visión de Ludmer me suena fenoménica, evita algunos otros modos de considerar la palabra, la lengua) pero en la raíz del relato, está tal vez el mito, eso único que según Pavese, sucede de una vez y para siempre. Pavese decía también: "La poesía empieza cuando un necio dice del mar: parece aceite". Pero pienso en una necesaria equiparación entre autor y lector: tal vez leer a los grandes nos exija grandeza.

Vero dijo...

Inés, no sé si la radiografía ofrece un símil válido para la crítica, tal como se la considera acá. El párrafo sufre al ser recortado: un poco antes Ludmer teje un poema con la trama de Para una tumba sin nombre. Es una nota al pie de esos versos y quizá no habría que obviarlos. Ya que traés a Calasso: en K. despliega una profusa poesía. Ah, Pavese, qué cierto, uno sabe, pero vuelve a descubrirlo. Lo último: más necesaria que tal vez (ji). Gracias por tu comentario.

pc dijo...

De acuerdo con Ludmer (aunque no leí el texto entero, solo tu cita).
Yo creo que a Onetti, por ejemplo, es muy difícil criticarlo. A gente como él, a tipos que trabajan con tanta intensidad en el lenguaje, no se los puede analizar como se diseciona cualquier folleto de moda.
Digo: la literatura de Onetti no puede abarcarse. Más bien es ella la que abarca al que lee.
Genial lo de Pavese: ¡ingenioso y cierto!

Vero dijo...

Es difícil y (quizás se podría agregar: por ende) apasionante hablar de los textos de Onetti. Siempre quedan cosas afuera y cuando ya tenés algo más o menos armado viene alguien y te dice "¿pero no acordás que este personaje en aquel libro...?" y ahí te das cuenta que a la teoría le chinga el vestido por algún lado. ¡Y qué bueno lo que decís de "ser abarcado"! Claro que sí. Saludos, Pablo.