miércoles, noviembre 16, 2011

Como quien dice


Lela, mema: lamborghinizada. Cierto, a veces destroza sintaxis, Lambor, tan Ghini, pero otras la deja in-có-lu-me y es peor la rompe dura. Pongamos: “Nadie había en el cuarto -yo había. Haciéndome en el cristal mirado, pasé, fui, viré en un círculo supuse, me deshice”. Uno diría: “yo estaba”, “habiéndome en el cristal”, y así. Uno. ¿Y por qué? ¿Necesariamente estaba y no había? ¿No me hice en el cristal también, cuando miré? Ya puestos: se diluyen las frases hechas en el paladar. Una rugosidad. Ah, las palabras.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahí, donde vos sí estabas! yo estoy cohenizada ya para siempre.
Besos platenses color jaracandá.

Vero dijo...

Ansina es: uno lee y es como si nunca hubiera leído, una lectura sin estela, o es como si siempre siguiera leyendo. Cohen va también con los segundos. ¡Besos!