miércoles, diciembre 01, 2010

Soliloquio

Cuenta Geddy Lee en Beyond the lighted stage, recomendable documental sobre Rush, que el tercer disco de la banda (Caress of steel, de 1975) no le gustó a la compañía discográfica, ni a los representantes. Parece que le gustó a poca gente. Crecían la extensión y la complejidad de los temas y mermaban la cantidad de público y el tamaño de los escenarios donde les era dado tocar. “Nos tomó por sorpresa, porque nos encantaba lo que habíamos hecho, estábamos orgullosos”, dice Neil Peart. “Los de la discográfica nos pedían que hiciéramos algo más comercial, algunos singles, nos presionaban en nuestro peor momento”. Ante la alternativa, prefirieron el riesgo de precipitarse en la ruina, pero con dignidad. Su cuarto disco abre con una canción acerca de un hombre que en un futuro lejano se enfrenta a la imposición de un sistema de pensamiento homogéneo. Se trata de una suite de más de 20 minutos: 2112.

3 comentarios:

Pablo dijo...

¿Fuiste a verlos? Un amigo dice que estuvo increíble...

Vero dijo...

¡Uf! Sí, fue buenísimo. Increíble, inverosímil. Pero hay que decir que fue criminal que hicieran el recital en GEBA. Depende de en dónde te pararas, el sonido rebotaba contra el cemento y volvía en una bola de ruido muy molesta. Había que encontrar la ubicación justa nomás.

k dijo...

increíbles, para mí su mejor disco es Moving Pictures, bs