domingo, mayo 24, 2009

Musica y novela (traducida)

Como hablaba de música y novela, era previsible que Cohen repitiese la idea que le había escuchado en el Malba, hace dos años: la traducción es una posibilidad de interpretar una partitura. Lo recuerdo porque me pareció una idea bella y cierta. Esta mañana leo en unas Conversaciones con Thomas Bernhard, de Kurt Hofmann: “Una traducción es otro libro. No tiene ya nada que ver con el original. Es un libro del que lo ha traducido. Al fin y al cabo, yo escribo en alemán. Me los mandan a casa, los libros traducidos, y me divierten o no. Cuando tienen cubiertas espantosas, sólo me irritan, y entonces los hojeo y se acabó. La mayoría de las veces no tienen nada en común con mi libro, salvo algún título extravagante y distinto. No, al fin y al cabo no se puede traducir. Una composición musical se toca, como está en la partirura, en todo el mundo. Pero un libro tendría que poder interpretarse en todas partes en alemán, en mi caso. Con orquesta.”
(La traducción de este pasaje es de Miguel Sáenz. Dijo Cohen: en Bernhard hay musicalidad, en las repeticiones, por ejemplo, pero finalmente lo que se escucha es la musicalidad de Sáenz.)

9 comentarios:

inx dijo...

Ante la obra de Bernhard, (en la única lengua en la que me es posible leerla), o ante la obra de Sáez, uno se pregunta cómo es posible traducir esa riqueza, sin poseer una riqueza semejante. Bernhard por Sáez suena a un dominio apabullante de la lengua, a un repiqueteo constante e impiadoso que taladra más allá del oído. Amigos que hablan los dos idiomas, me han dicho que en alemán, Thomas es más seco. Difícil imaginárselo.

inx dijo...

Perdón, Sáenz.

kurubeta dijo...

ah..el tópico de la intraducibilidad una vez más...no sé, al leer ya esatamos traduciendo siempre a nuestro contexto, a nuestro silopsismo de fobias y filias, la sexualizamos a la medida de nuestro pene como si fuera un condón estirable , a la humedad de las conchas propias, ké se jo...Eso es snob hoy es día me parece, ya no estamos en el siglo XIX...Las lenguas son modos dels er, ke es una nuestera vida corriente al fin...no veo diferencia sustancial entre un austriaco y un paraguayo, ellos tuvieron a Hitler nosotros a SStroessner (hasta en el apellido hay paridad!!!)
saludos, kerida,

Ojaral dijo...

Decía Kundera que si no fuera por las traducciones nadie hubiese leído a Gombrowicz. Ni a los checos de los que habla Ever. Así que como dice Kurubeta, aguanten las traducciones. Después de todo, cuántos de nosotros saben siete idiomas, como Eliot?
Saludos!

Vero dijo...

¡Claro, Inés! Hay que tener un manejo muy grande de los dos idiomas para hacer un buen arreglo de la partitura. ¿Será el alemán de por sí un instrumento que da melodías áridas? Repiqueteo más allá del oído, me gusta eso, es así como lo siento, gracias por ponerlo en palabras.
¡Kuru! otra vez sopa, ¿no? Pero fijate, lo que me llamó la atención en ese fragmento es que una idea que consideraba originalísima ya la había enunciado este tipo al que Cohen admira, así que seguro la tomó de él. Digamos que plasmé acá mi sorpresa. Una instantánea.
Pero sí, Ojaral, qué le vamos a hacer, a leer nomás, teniendo en cuenta que los textos están intervenidos.
Cuatro besos (el Kuru es "bibesual")

P C dijo...

Justo en estos tiempos estoy releyendo "Contrapunto" de Huxley. Interesante no sólo porque juega a imitar procedimientos musicales con las líneas argumentales, dialógicas y temáticas de la novela, sino porque revela una de las influencias (y quizá la más fuerte) de "Rayuela" de Cortázar. Cosa que pocas veces se dice (y si se dice, no lo he visto).
PD. La palabra "líneas dialógicas" suena a filosofía, pero me refiero a los diálogos, a las líneas de diálogos, meramente. (Je).

Vero dijo...

¡Hola, Pablo! Me habías mentado esa novela, me acuerdo, yo no la había leído, y como soy perseverante sigo sin leerla. Nah, me gustaría, ahora que me decís eso más, creo que la vi en un cajón de usados por Corrientes, veré si la veo, ya me la recomendó Hernán también (ZT). Cohen habló de Cortázar, pero justamente para señalar una deficiencia, el uso de tropos narrativos para describir el jazz. Para Cohen no se pueden usar los elementos narrativos de siempre para describir el bebop y es por ese tipo de cosas que la literatura quedó atrasada con respecto la música. Su propia experimentación alrededor de estas cuestiones le parece muy limitada (en una conferecnia anterior comentó que en "La ilusión monarca", de El fin de lo mismo, había tratado de exponer un tema narrativo y desarrollar el relato como variaciones o agregados de ese tema). En cuanto a experimentación en el lenguaje, una experimentación comparable a la de la música, mencionó a Beckett. Bueno, me estoy entusiasmando y yendo de tema, como suele pasar durante el entusiasmo. Leeré Contrapunto, no hay caso.

Vero dijo...

Listo, fui y lo compré nomás. ¡Qué influenciable había resultado!

P. C. dijo...

Uy, qué peligro... Si no te gusta ya tenés a quién putear primero.
Debo leer a Cohen. Debería.
Y sí, la ventaja (digamos) de la música es que da para el desarrollo puramente formal (porque las notas y los ritmos no tienen significado, aunque a veces pareciera que las organizaciones de ritmos y notas sí lo tienen) (y yo creo que no, que es ilusión, y que en verdad no signfifican nada). Con los lenguajes naturales no tenemos tanta libertad.
Obvio, es al mismo tiempo una ventaja y una desventaja.
Salut.