jueves, octubre 04, 2007

Variación Di Benedetto

Mi tontería dura, se ha encariñado conmigo.

9 comentarios:

ema déborah finzi dijo...

Mi tontería dura, se ha ensañado conmigo.

Mi migotería dura, se ha encariñado con mi contón.

Mi contería dura, se ha encariñado con mi tonmigo.

Silvia Sue dijo...

¡Ja! Qué tontería dura...

Anónimo dijo...

¿Sigue traduciendo?

Vero dijo...

Ji, so' loca, Ema.
Sí, como un cascote, Sue. La duración la endureció.
Carlos, según lo que se anduvo diciendo por acá, siempre que se lee se traduce, así que sí.

Anónimo dijo...

No sé si variación Vero: una palabra cabe muy bien en lugar de la otra, sinónimamente. Y eso es lo que hace precioso al amor, ¿no?

Vero dijo...

Bueno, me refería a lo tonta que me siento a veces, sin más, y a cómo ese estado parece haberse aquerenciado en mí, últimamente (la frase viene filtrada, o a medias suscitada por el paseo por los blogs de Carlos, Ema y Pablo). Pero a tu ¿no?, respondo sí, claro.

Anónimo dijo...

Toda literatura es fantástica, y cada tontería es fantástica (pero no toda literatura es tontería)
Fui a ver Lynch, tengo la cabeza hecha un avispero, ¿Ud. la vio? Me asombra que nada del Inland Empire se filtre en el Blog Empire. Como si en el Blogmundo (Narciso y Blogmundo) se tratara de aferrarse a un hilo argumental. Me hizo acordar a aquellas cosas que se hablaban sobre un colectivo. Algo que se pierde, no sé si me explico, me refiero al hilo argumental. Yo creo que todo el propósito consistió en naufragar, lo que no viene nada mal en un mundo volcado a propósitos (des-propósitos, lo mismo es)

Vero dijo...

Sí, fui a ver la de Lynch. Sí, se descuajeringa, especialmente en la segunda mitad, y así y todo me gustó, incluso esa segunda parte desbocada. Hablaba hace unos días de la escena en que ella (que ya no es Nikki ni Susan) agoniza contra un portón, y la negra se le acerca. No le dice: "vas a estar bien", sino "te estás muriendo", y ese reconocimiento la tranquiliza. La figura de la llama para simbolizar la vida se usó demasiadas veces, pero ahí, en ese rincón roñoso donde una negra retardada consuela a una puta que se desangra, el gesto me alcanzó. Y después, verla erguirse y caminar, desconcertada, como yo, que miraba. Supongo que hay que suspender el intento de encontrar una ilación y dejarse llevar. Todo es tan confuso que mejor dejar eso. Ya desde el principio, ¿en qué fractura del tiempo habla con la vieja que predice el futuro o le cuenta su pasado? (como en Marienbad, todo sucede todo el tiempo, el año pasado es ahora y Marienbad es todo el espacio). Los cortos de los conejos, es decir, de las personas disfrazadas de conejos, me dijeron que se habían hecho antes, por separado, y después se insertaron. Aumentan el desasosiego, ¿no?
También tengo que decir que por momentos me aburría, claro, si es larguísima. Me alegré de ir a verla en el cine, en casa no la hubiese soportado. Había estancamientos, y de a ratos la belleza como en espasmos.
Otra cosa: ¿no te sorprendió la actuación de Laura Dern? ¿Te acordás del momento en que están ensayando los diálogos y a ella se le empiezan a caer las lágrimas? Increíble. Ahora me acuerdo también de lo fabulosa que estuvo Naomi Watts en Mulholland Drive (ahora, en este ahora y no en el de recién, un recuerdo adentro de otro: al final de Inland... aparece la morocha infartante de Mulholland...). Sólo por eso le tengo fe a la remake de Funny Games.
Me acuerdo de ese colectivo náufrago, sí, con un cariño que parece tonto.

Anónimo dijo...

Muchas cosas que nos pasan "en común" (¿mancomunan?, ¡qué palabra más rara!). Esa escena de la negra: había leído sobre la bofetada a Hollywood. Esa frase: "te estás muriendo", es la frase de la clase social -¿se la podría llamar siquiera así?- que duerme sobre cartones (y sin embargo entre las estrellas). Comparto que en casa no la hubiera podido ver. La vi en el Arteplex, que parece un cine Lynch con entrada cerrada por Corrientes y su pasillo rectangular tan angosto en rojo y verde, ¿los mismos colores que tiñen todo el film?. De a ratos pensé que eran varias películas en una: cuando habla frente al anteojudo parece Bergman. Laurita no me sorprende, es una de las actrices Lynch, ya desde Blue Velvet y Corazón Salvaje; Lynch la adora, se ve, en esta película le da planos a su cara, a sus piernas anhelantes, la pone linda, fea, estropiada, de mil modos y siempre es la gran actriz, la dueña de la pelota. En fin, es maravillosa la película, qué le voy a decir. Las escenas de los conejos son aterradoras, pero a esta altura de mi vida pienso que los conejos son aterradores en sí mismos: pregúntele a Bolaño, pregúntele a su Antonio. No le pregunte a Lynch porque le va a responder que los conejos son de la magia y no se los va a explicar. O quizás le responda con cinco horas más de túnel, lo que mejor sabe hacer.