domingo, agosto 20, 2006

Lo general y lo particular

Leyendo a Luis. Después de conocer las particularidades, no ya de una especie, sino de un árbol, ¿sería posible talarlo? ¿Cómo puede avanzar el que conoce los ojos, los tonos de color y los recorridos de las nervaduras del iris, la carga de dolor, miedo, ruego en la mirada del que va a matar?

Yéndome por las ramas, aunque sigo en el mismo árbol, creo: una vez, en la Facu, una profesora, Cristina Iglesia, habló de una tribu ya extinguida en Paraguay. A principios del SXX todavía se organizaban para europeos ricos con gusto por lo exótico “expediciones de caza” de estos seres, una suerte de turismo aventura. Se vendían bolsitas hechas con la piel de los senos de las mujeres. Después de explicarnos esto, nos leyó poemas, que daban muestra de una sensibilidad asombrosa, de integrantes de esta tribu. Están en el libro Las culturas condenadas, de Augusto Roa Bastos.

5 comentarios:

lunanueva dijo...

Ahora se organizan "visitas guiadas" a las tribus que quedan, para que los turistas extranjeros y ricachones tengan un vistazo de las culturas "étnicas" (eufemismo primermundista que esconde tanto genocidio y subestimación que mejor lo dejo acá porque me altero)

Bardamu dijo...

Pensaba en lo que vos pensabas, con una pequeña variante: después de conocer un árbol hasta su mas íntima nervadura ¿cómo sería posible talarlo?
o mejor dicho: el conocimiento a fondo de algo, ¿mata o vivifica? ¿o las dos cosas o ninguna?
Quiza la respuesta esté en la segunda parte de tu escrito: depende del modo (o el por qué) en que nos aproximemos al conocimiento...
Saludos.

Anónimo dijo...

¿Cómo no pensar en la tricotomía de Todorov: descubrir, conquistar, amar?

Anónimo dijo...

Creo que el asunto está en que uno suele amar lo que conoce y lo que considera su igual de alguna forma.
Poco se enseña de la importancia de la diversidad y de que esta no tiene que significar para nada superioridad o inferioridad en algún aspecto.

Vero dijo...

Y sí, Lunanueva, búsqueda de autoafirmación, ¿no? Todorov, claro, Pablo, muy pertinente. Como dice Luis: todo depende del cómo o el porqué. Colón, Cortés, Las Casas, Sahagún. Distintos cómos y porqués. Said, por ejemplo [me estoy yendo al carajo, me doy cuenta, ustedes síganme la corriente] decía que el orientalismo es una construcción de Occidente sobre Oriente utilizada para justificar el imperialismo. Nuris, lo tuyo me recordó la maravillosa frase de Caetano en Sampa [uy, ya venía por la banquina pero acá desbarranqué del todo]: “é que Narciso acha feio o que não é espelho”. ¿No es brillante? Muchas gracias a los cuatro.