sábado, junio 24, 2006

Cicatriz

Tengo una cicatriz en la pierna, cerca del tobillo. Cuando paso el dedo por la superficie no siento el contacto más que en el dedo actuante. La pierna percibe falazmente la cercanía del dedo, como si en verdad lo hubiera suspendido justo un milímetro antes de tocar la piel. El cirujano (hace más de un año) hizo en ese sector un corte en forma de boca. Desplazo el dedo a lo largo de esa boca cerrada, muda, dormida. Llegando a las comisuras mano y pierna sienten el cosquilleo recíproco provocado por el roce de una piel con otra. En el medio, nada, sólo una ilusoria proximidad, como dije. Si dejo el dedo apoyado un rato aparece una sensación de calor y si presiono puedo sentir esa presión. Pero dónde, no sé. Es mi piel, pero no puedo reconocerla como mía. Podría ser ajena. Se trata de un trocito de piel frágil e imperfecta, que mi cuerpo puso ahí para reemplazar la anterior. Por debajo, algo (terminales nerviosas, supongo) quedó interrumpido. Es incapaz de cumplir otra función que la de sostener la carne para que no se vuelque. Una función sin duda útil, pero triste.

9 comentarios:

Bardamu dijo...

¿Quién sabe? Quizás algún día futuro pueda alguien reconocerte -como a Ulises por su cicatriz- después de un lago navegar por mares imprevistos e impensados...

Silvia Sue dijo...

Esa cicatríz es además un involuntario tatoo que esconde todas las formas que vos quieras, y está para eso también.
¿Te acordás de Cortázar? "La mancha en la pared dibuja un gato, un número, una mano cortada"

inx dijo...

Sí, Vero, no sé porqué, pero lo útil tiene siempre un dejo de cosa triste.

Anónimo dijo...

no es otra, está dormida. luego se despierta cuando dormís, y así se turnan y desencuentran. también así una cuida de la otra.

Anónimo dijo...

Buenísima, AyD. Y me prendo en la de Inx: es muy cierto que, a veces, el piripipí de la cosa está más allá del dominio de la utilidad.

Anónimo dijo...

las cicatrizes de la piel comumente hacen así: no tienem sensibilidad. Las cicatrizes del alma, al contrario, se agrandan en sensibilidad y rencor. Podria ser al revés. No me incomodaria tanto que las cicatrizes del cuerpo tuvieran sensibilidad y dolor porque pa esas siempre hay una pomadita.

Vero dijo...

Luis, Sivia Sue: le dieron un lindo cariz a mi cicatriz (¡ja!). Ya la miro con más cariño.
Claro, Inx, Pablo: es un parchecito que no reacciona ante, pongamos, la caricia (función menos "útil" pero más interesante, ¿no?, que la de contener, completar la funda-recipiente del cuerpo).
Qué bueno la vuelta que le diste a lo de la piel dormida, Ayd.
A todos, gracias y besos.

Vero dijo...

Mientras escribía el comentario anterior entró el tuyo, Maray. Uy, sí, sería bueno que fuera al revés. Un beso.

Carlos dijo...

Las únicas cicatrices que importan son las que no se ven, las que no se pueden tocar.
Hoy me agarra metafísico, a veces pasa, mañana voy al kiosco por curitas y vuelvo al merthiolate y a cada cosa que se pueda ver.