sábado, noviembre 05, 2005

El Hilo

Iba Teseo con el hilo que le había dado Ariadna. ¿Y si ella lo había engañado? ¿Qué tal si Teseo llegara al Minotauro y ella estuviera junto al monstruo riéndose? Si Ariadna, por ejemplo, atara su extremo del hilo a los cuernos de su amado, entonces cuando Teseo llegase los dos extremos del hilo convergerían en el mitad toro. Qué si todos los caminos conducen al toro. Entonces, siempre voy a estar, siempre estuve, en el laberinto, y encuentro toros por acá y por allá, siempre toros pero nunca la salida, nunca la luz (aunque la metáfora de la luz es por supuesto muy inferior a la del toro). Nunca a Ariadna, que hay que ver en qué corrupto ser se ha convertido, para dejarme con este hilo que es una señal a ningún lado, o en todo caso hacia mi perdición. Igual yo sigo con el hilo, lo recorro y desrecorro, lo separo en hebras y lo trenzo de nuevo. No se puede decir que ame el hilo, pero no se puede negar que estoy apegada.

1 comentario:

Vero dijo...

Sí, sí, claro, como vos digas